martes, 18 de marzo de 2008

¿A quien escuchamos...?


viernes, 14 de marzo de 2008

Tiempo Cumplido


Génesis 6. Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas,

¿Se ha expandido en evangelio en los últimos tiempos? Diremos que sí. Los hombres creyentes se han multiplicado. No hablamos de la multiplicación a nivel de iglesia local, porque a medida que el evangelio comenzó a expandirse también comenzaron a nacer las nuevas iglesias, o sea, como dice este texto: les nacieron hijas.

que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.

Observemos que aquí aparece una distinción entre los hijos verdaderos del Dios verdadero, y los hombres por otro lado. El evangelio se esparció, los hombres se multiplicaron, las iglesias comenzaron a nacer y a multiplicarse. Con todo esto, los hijos de Dios vieron con buenos ojos a las iglesias, y vieron que eran hermosas y conforme al gusto de cada uno, comenzaron a escoger entre ellas.

Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; más serán sus días ciento veinte años.

Ahora podemos entender el porque de la distinción. El hombre es la carnalidad, nacido de la carne. Los hijos de Dios son lo espiritual, nacido del espíritu. Según la traducción de la Biblia podemos encontrar una diferencia en lo dicho por el Señor. Pero lo que en definitiva aquí dice es que el Espíritu del Señor no obrará con el hombre para siempre. Primero porque el hombre simplemente es carne. Y segundo porque sus días de gloria y esplendor están contados y Dios determinó que tienen un fin.

Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.

Luego de la unión de los hijos de Dios, con las hijas de los hombres, o sea, la iglesia, nacieron hijos. Estos hijos son las generaciones de valientes, y hombres de renombre y fama, que se convirtieron en gigantes “espirituales” y de referencia para muchos.

Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre sobre al tierra, y le dolió en su corazón.

La carnalidad se ha esparcido en gran manera. Abierta la puerta de la carne, también se abre la puerta a lo demoníaco. Todo esto genera un mal que se multiplica, daña, corrompe, lastima y mata. Todo esto primero, hirió el corazón de Dios y sintió pesar.

Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.

El tiempo de Dios ha llegado. Dios ha determinado raer, barrer, quitar, y separar lo falso de lo verdadero, esto es juicio de Dios. Quizás los hombres muestren que nada los detiene, y que aún, sus propósitos se cumplirán. Esto solo da voces de que ya fueron barridos.

Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.

Noé ya no es un gigante o un referente espiritual, sino una generación que halló gracia, y el favor de Dios para traer consuelo y descanso a todas las victimas de los hombres, de la carnalidad y del sistema. Ya es tiempo.


v.9 “…Noé: varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.”

martes, 4 de marzo de 2008

Autoridad y Obediencia

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En el principio Dios creó lo que no era con una sola palabra de su boca: SEA. Y lo que no era, comenzó a ser. Esto denota la plena autoridad de Dios en su misma palabra y nos demuestra que Dios mismo es autoridad.
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Luego creo al hombre con un espíritu, alma y cuerpo. Este hombre tuvo un propósito de ser. No fue creado al azar. Su propósito era administrar la tierra, sojuzgarla, cuidarla. Para ello le dio plena autoridad sobre todas las cosas. La palabra del hombre tenía tanta autoridad que hasta tenía la tarea de ponerles nombre a todos los animales y bestias.
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Todo vio Dios que era bueno excepto que el hombre este solo. Para ello creó a la mujer.
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De aquí en adelante no veremos al hombre como un hombre, sino como representación de hijos e hijas de Dios y a la mujer no como género como figura de la iglesia.
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Todo estaba en perfecta armonía y comunión. De nada tenían necesidad. No les faltaba alimento.
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En el medio de todo se encontraba el árbol de la vida, representando a Jesucristo, como debería estar, en centro de nuestras vidas. Solo se les había impedido comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Esto significaba estaba ya en los planes de Dios que el hombre alcanzara la vida eterna, pues del árbol de la vida, no se le había prohibido comer.
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Pero de repente aparece la serpiente, animal que se arrastra, figura de Satanás, en clara evidencia que Satanás estaba sometido a la autoridad del hombre y de la iglesia.
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Satanás tienta a la mujer, o sea, a la iglesia. Y la iglesia ve con buenos ojos alcanzar no la vida eterna en Cristo Jesús, sino sabiduría y conocimiento. Sueña con títulos académicos que confirmen la autoridad que ya estaba perdiendo.
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Finalmente, la iglesia engañada come del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Desobedece a Dios y da de comer al hombre el fruto de la desobediencia. El hombre conciente de lo que estaba haciendo, pues el hombre no fue engañado, obedece a su mujer, o sea a su iglesia, sin importar cuanto le podía llegar a costar.
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El hombre, el pueblo de Dios, obedece a una iglesia que ha desobedecido a Dios, que ha primado la sabiduría y el conocimiento antes que la vida eterna ya planeada por Dios de ante mano, por lo tanto desobedece a abiertamente y de su propia voluntad a Dios.
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¿Qué consecuencia trajo esto? El hombre es echado, expulsado de los propósitos divinos, representado por el Edén y pierde su autoridad.
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Tanto el hombre, pueblo de Dios, como la mujer, iglesia de Dios, fueron condenados a alcanzar todas las cosas en sus propias fuerzas y en su propia autosuficiencia.
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Quizás esta simple explicación sirva a los que en este momento están en proceso de maduración, en medio de una crisis sobre autoridad y obediencia.
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¿La buena nueva cual es? A los que hoy de su voluntad deciden obedecer a Dios, y priman la vida eterna toda autoridad es devuelta, y pasan instantáneamente a gozar de las bendiciones abundantes de la obediencia a Dios por sobre todas las cosas.
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Lucas 22:29 “Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.”