miércoles, 25 de julio de 2007

Una cosa es necesaria


Lucas 10:39 “Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía. Marta por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y le dijo: -Señor, ¿No te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude!-.-Marta, Marta-le contestó Jesús- estas inquieta y preocupada por muchas cosas, pero sólo una cosa es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará.”

Nueva Versión Internacional 1999


Esto hoy es lo que esta ocurriendo a diario. Hay todavía una generación que se preocupa, y se abruma con las tareas del servicio. Hasta se enorgullecen de sacrificar horas de sueño y de su vida por lo que ellos denominan “la obra de Dios”, cuando en realidad es “la obra de sus manos”. Esto se lo llama “entrega” y también se nos enseña desde que pisamos la Iglesia que algo debemos hacer, un ministerio debemos cumplir. Pero la realidad, es que muchas veces el llamado al cumplir un ministerio, no es precisamente el que se aloja en los templos. Quiero que veamos algo que dice todo. Maria sentada a los pies del Señor “escuchaba lo que él decía”. No escuchaba otra voz. No había nada que la hiciera cambiar de parecer. No importa ni siquiera lo que su hermana decía a la hora de escuchar al Maestro. Maria había desechado todas las enseñanzas y todo lo que antes había oído por oír a su maestro. Había abandonado todos sus “quehaceres” por las palabras que salían de la boca del mismo Señor. Pero atención!!!!! Los quehaceres tienen que ver con las tradiciones, no con nuestro trabajo diario y necesario, eso que quede claro. Pero Marta todavía escuchaba a alguien más que no era precisamente Jesús. La pregunta para hacernos es: ¿A quién estamos escuchando? ¿Qué parte es la que escogimos nosotros?

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